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La Ciencia de Invertir

¡No apueste por los Países estrella!

Suponga que usted es un inversionista que a inicios de 2023 buscaba rebalancear su cartera de mercados emergentes y para hacer eso le recomendaron que se fijara en los países con el mejor y peor desempeño de 2022: el primero, Turquía (+90,4%), para sobreponderarlo; y el segundo, Hungría (-31,1%), para -obviamente- subponderarlo en su portafolio… tiene claro como terminó la historia, ¿no? La supuesta “estrella” cerró 2023 con un -5,7% y el mercado vilipendiado de 2022 concluyó como el más exitoso del segmento, con un retorno de +50,9%.

Pero más allá de que alguna vez se pueda dar una apuesta feliz, la verdad es que no hay cómo anticipar el comportamiento que tendrán los mercados con el paso del tiempo. De hecho, si se analiza el desempeño bursátil global en un plazo amplio, lo que queda claro es que no existe una tendencia en materia de “ganadores” o “perdedores” y que la dispersión de resultados es muy grande.

En la imagen 1 graficamos un período de 20 años con los mejores y peores retornos en los mercados emergentes (celeste) y en los países desarrollados (azul). Así, por ejemplo, en 2004 el mejor entre los países en desarrollo fue Colombia (+132,4%) y Tailandia el peor del grupo (-1,2%); por el lado de los mercados desarrollados, el mayor desempeño lo tuvo Austria (+71,5%) y el peor lo registró Finlandia (+6,1%).

Como se ve, la dispersión de resultados entre los distintos países es bastante amplia. Ello hace que en los mercados desarrollados el retorno máximo promedio sea de +33,3% y el mínimo de -14,2%; mientras que en los emergentes los promedios se distancian aún más: +59% (máximo) y -17,5% (mínimo). Lo anterior significa que la diferencia entre el mayor y menor retorno promedio llega a 47,5% en los mercados desarrollados y se eleva hasta 76,5% para los países emergentes.

En el panel 1 de la imagen 2 aparecen los desempeños anuales de los países desarrollados, ordenados desde mayor a menor retorno para cada año, y lo que se aprecia es la ausencia de una tendencia clara respecto al predominio de un mercado sobre otro; es absolutamente aleatorio. No hay cómo saber el mercado que será “la estrella” del siguiente ejercicio. En el caso de los emergentes, la volatilidad es todavía mayor, lo que queda reflejado en los colores del panel 2 de la misma imagen, en la que son mínimos los mercados que “se repiten el plato” de máximos ganadores por año.

Me lo contó un pajarito

Similar al ejemplo inicial, asumamos que en 2004 usted supo con certeza absoluta cuál iba a ser el país con mejor desempeño de los siguientes 20 años. ¿Cómo le habría ido a su cartera? En los mercados desarrollados ese fue el caso de Dinamarca, al alcanzar un retorno anualizado de 13,5% (versus el 7,7% del MSCI AC World Net, representativo del mercado, y el 9,7% del S&P 500) (imagen 3).

Todo bien, hasta ahí, anticipando ese excelente retorno de Dinamarca. Pero a la hora de implementar la cartera, la cosa ya no se ve tan fácil. Lamentablemente, en 2004 ese país pesaba apenas 0,4% de la capitalización bursátil mundial. Si, dado el buen dato que tenía sobre el desempeño que mostraría Dinamarca, hubiera decidido sobreponderarla a 1,3% -el triple de su participación en el mundo-, aun así, no habría logrado tener un beneficio significativo: sería todavía una fracción tan pequeña, que no habría movido la aguja de su cartera completa. Y pese a que ha aumentado su peso, en la actualidad el mercado danés ¡solo llega al 1% de la capitalización bursátil global!

La clave… diversificar

Por ello, a nuestros clientes les decimos una y otra vez que es una mala jugada intentar ganarle al mercado buscando el mercado “estrella”. Puede que resulte una o dos veces, pero la evidencia de los datos revela que ello no es sostenible en el largo plazo.

¿Cómo no caer en la tentación? La respuesta es simple, pero requiere disciplina: diversificar, lo que implica invertir no solo en distintas clases de activos bursátiles, sino que también tener la mayor exposición geográfica que se pueda. No poner “los huevos en una sola canasta” contribuirá a compensar los retornos menos favorables y reducir el riesgo de la cartera. Ser disciplinado le ayudará a mantenerse invertido, incluso, cuando los tiempos no son propicios. Eso hará posible que reciba todo el retorno que ofrece el mercado.

Tenga claro una cosa: con las apuestas muy jugadas resulta genial cuando a alguien le va bien; pero si resultan lo contrario, siempre estará perdiendo plata respecto de quienes compraron todo el mercado.

 

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