¿Se imagina que tuviéramos certeza absoluta de todas las cosas que nos ocurrirán en el futuro? Sin duda sería una vida tranquila y sin sobresaltos… pero absolutamente aburrida. Las sorpresas, incluso las malas, son las que hacen que nuestra existencia sea más desafiante y, al mismo tiempo, interesante. Por ello, necesitamos siempre una dosis de 
incertidumbre.
En materia de inversiones ocurre lo mismo. Piense cómo sería que el rendimiento esperado fuera absolutamente predecible: dormiría tranquilo, pero ¿valdría la pena? ¡Para nada! Porque al final de cuentas, en términos de retorno esperado, daría lo mismo que tomara un depósito a plazo o invirtiera en la bolsa. Afortunadamente, en la vida y en las inversiones las cosas no son así.
Si bien se le suele dar una connotación negativa, la incertidumbre también tiene un lado positivo. Piense solo en lo que pasó en 2023: si fuera por las expectativas que se tenían (por lo que se vivió en 2022), el año pasado pudo haber sido un año desastroso para los mercados; pero fue todo lo contrario, ya que el S&P 500 terminó con un rendimiento superior al 20%. Quienes se mantuvieron invertidos recibieron todo el retorno del mercado. El lado positivo de la incertidumbre, es que también ha permitido que el mercado bursátil haya entregado una rentabilidad media anualizada del 10% en el último siglo.
La clave es mejorar la gestión del riesgo
Pero dado que no se puede controlar el rendimiento de la bolsa –pues el precio futuro de las acciones dependerá de noticias que están por ocurrir y que, por tanto, no se conocen-, usted sí puede administrar el riesgo que asume.
David Booth, fundador de Dimensional, nos entrega algunas claves para hacer una mejor gestión del riesgo y las resume en tres ideas: “qué evitar”, “qué hacer” y “usted puede hacerlo”.
Qué evitar
Así como en materia de salud la investigación ha demostrado que existen ciertos hábitos que son positivos (o negativos) para la mayoría de las personas, la evidencia de los datos también ha comprobado que puede tomar decisiones para mejorar sus probabilidades de obtener buenos resultados a la hora de invertir.
Por ello, una forma de gestionar el riesgo consiste en eliminar algunas de las cosas que no se deben hacer. ¿La más relevante?: No intente predecir lo impredecible. Eso quiere decir que no busque ganarle al mercado ni apostar por “acciones ganadoras”. Es posible que tenga buenos resultados una o dos veces, pero no será algo consistente en el tiempo.
Qué hacer
Afronte el riesgo de manera positiva. La investigación académica nos ha demostrado que la diversificación permite reducir el riesgo al tiempo que se aprovecha la rentabilidad del mercado.
Y dado que el riesgo es más predecible que la rentabilidad, lo importante es que planifique y encuentre el nivel de riesgo adecuado para usted. Y tenga claro que, aún así, deberá estar preparado para una amplia gama de resultados distintos.
Por ello, tenga una filosofía de inversión que no cambie con el tiempo, sino que sea una a la que pueda volver en momentos en los que experimente los altibajos de la incertidumbre. Eso le dará más probabilidades de tener éxito como inversionista de largo plazo.
Usted puede hacerlo
Invertir tiene que ver con el riesgo y la recompensa, al igual que con el trabajo, familia, salud y cualquier otro aspecto de la vida. Si lo piensa bien, tomando pequeñas y grandes decisiones, usted ha gestionado el riesgo y la recompensa tantos años como ha vivido. En esa línea de tiempo, ha comprobado que hay años mejores que otros, pero que lo importante es ver qué sucede como resultado. Por eso Booth ve la incertidumbre como una fuerza positiva, ya que confía en la capacidad 
de las personas para encontrar mejores formas de gestionar el riesgo.
Porque cuando las personas gestionan mejor el riesgo, viven una vida mejor. Eso significa que, en lugar de intentar predecir su futuro, planifique, adáptese y encuentre las soluciones que sean más sensatas para usted.
Entonces, ante la incertidumbre, tome las decisiones lo mejor informado que pueda, evalúe los resultados y haga los cambios necesarios. Para Booth, aceptar los resultados no significa no intentar moldearlos cuando se pueda, o no aprovechar las oportunidades cuando se presentan.
Aprenda a sopesar los posibles riesgos y recompensas. Por ello, la clave está en desarrollar una filosofía, definir sus objetivos y dirigirse hacia ellos, realizando ajustes en el camino. Es posible que no solo subestime la incertidumbre, sino también el efecto positivo que tiene aceptarla.
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